“Camina plácido entre el ruido y la prisa…” podía leerlo desde mi cama, apunto de dormir, colgado en una pared de mi cuarto. De niño, mucho antes de adivinar sus verdaderas intenciones, mi padre me regaló un poema de Max Ehrmann llamado Desiderata –en latín quiere decir “cosas deseadas” – que trata sobre la búsqueda de la felicidad en la vida.
Hoy, algunos septenios después de aquel bienintencionado obsequio, elijo atribuirle a ese poema una lección que aprendí en el amanecer de mi vida: esas “cosas deseadas” nadie te las regala, es necesario trabajar muy duro para alcanzarlas. El secreto está en intentar, intentar e intentar “hasta que lo difícil parezca fácil y lo imposible se torne posible”.
Tres palabras del diccionario me han ayudado siempre a enfrentar cualquier desafío: compromiso, determinación y persistencia. “El compromiso –decía Sartre- es un acto, no una palabra”. El término proviene del latín compromissum -un acuerdo para cumplir-, que a su vez contiene la palabra promissus (promesa). Un compromiso es una promesa.
Determinación es sinónimo de decisión, arrojo, valor, intrepidez, osadía, voluntad. Napoleón decía que “la sabiduría más verdadera es una resuelta determinación”. Para el Dalai Lama, “la determinación es la más poderosa de las armas”. La palabra determinación termina con el sufijo –ción, que significa acción. Por eso yo le llamo determin-acción.
Del término persistencia deriva el adjetivo persistente, que califica a las personas tenaces y que no cesan en su empeño. Persistente viene del latín persistens, participio del verbo persistĕre, que significa continuar firme en un lugar hasta el final. Yo le llamo también perseverancia (constancia, insistencia). Por algo mi abuela repetía: “Persevera y triunfarás”.
Sólo tres palabras para enmarcar, colgar en la pared de tu cuarto y leer por las noches antes de dormir: compromiso, determinación y persistencia para alcanzar esas “cosas deseadas”. “Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón” (*).
(*) Frase atribuida a Henry Ford.